Sentir las velas inflamadas
de aliento que sopla
rayando el reflejo del cielo,
azul contra azul
enmarcado en verde iris
iridiscente.
Ahí navega sin bandera,
fronteras no trazadas
de un mar de cuerpos
en el que el deseo ahogado
vuelve a reflotar entre
murmullos.
Abordaje de miradas
que no se detienen
a atar cabos sueltos,
echar redes asesinas
o lanzar anclas a océanos
de tiempo.
Capitanía inútil dejando
timón a la deriva
que en marea alta
posee una esperanza
de no encallar en aguas
poco profundas.